Escrito por: Dablocka!
NIÑOS - ARTES MARCIALES
Muchos estudios han demostrado los beneficios de la práctica de artes marciales en niños hiperactivos o con problemas de psicomotricidad.
Muchos estudios han demostrado los beneficios de la práctica de artes marciales en niños hiperactivos o con problemas de psicomotricidad.
Es de especial interés destacar el beneficio de este tipo de actividades deportivas en niños y adolescentes que proceden de familias disfuncionales o que tiene problemas de conducta.
A través de la práctica de artes marciales, las mejoras son evidentes en adolescentes en problemas de conducta, siendo los beneficios superiores a los conseguidos mediante tratamiento psicológico convencional.
A través de la práctica de artes marciales, las mejoras son evidentes en adolescentes en problemas de conducta, siendo los beneficios superiores a los conseguidos mediante tratamiento psicológico convencional.
Las artes marciales aumentan la asertividad y disminuyen la agresividad; algunos jóvenes son agresivos por falta de autoestima, por ello una persona con buena autoestima no tiene necesidad de ser agresiva. Las artes marciales contribuyen decisivamente al aumento de la autoestima en niños y jóvenes.
Beneficios de la práctica del taekwondo en el adolescente:
Desde el punto de vista cronológico: El taekwondo puede comenzar a practicarse desde edades muy tempranas. En estas fases el cuerpo experimenta un cambio, producto del desarrollo del aparato sexual reproductor, segregando las glándulas de dicho aparato una gran cantidad de hormonas que producen un estímulo al que se debe responder. Este estímulo provoca según los médicos excitación y cuenta con gran energía. El no tratar de canalizar los efectos de esos estímulos, producen en los adolescentes conductas y actitudes que los hacen vulnerables. Es aquí que entra en esta parte del análisis la práctica de las artes marciales.
Desde el punto de vista biológico: Las clases de taekwondo son beneficiosas para mejorar, acompañar o ayudar en el desarrollo biológico de esta etapa. Se realizan ejercicios acordes a las edades de los alumnos. En los prepúberes desde el punto de vista motriz y basado en el concepto de fases sensibles (Martin y Durán, 1981) (período favorable de entrenabilidad para una capacidad motora: capacidades coordinativas, flexibilidad, fuerza, velocidad y resistencia) se realizan trabajos coordinativos básicos, mas que los específicos de la disciplina porque a los 9 años el sistema nervioso central llega a su 95 % de su maduración total, eso permite que haya mayor sinapsis nerviomusculares y mielinización de las fibras nerviosas, esto llevado al campo de trabajo, si existe estímulo se empezará a notar una gran mejora de la coordinación intramuscular.
En los púberes, es la edad de oro para estimular la coordinación ya que el sistema nervioso llegó al 100 % de su maduración. Por el incremento de los niveles de testosterona es el período ideal para trabajar el aumento de la fuerza muscular.
En la adolescencia tardía se trabaja las capacidades biomotoras preponderantes del deporte.
Desde el punto de vista psicosocial: Sabemos que el desprendimiento progresivo del adolescente de su familia se realiza mediante la transición a grupos que comienzan a tener mayor envergadura y organización estable a partir de la prepubertad. A partir de este momento realiza organizaciones grupales en función de aspectos placenteros diversos. Además durante la prepubertad, la conclusión del desarrollo del sistema nervioso brinda al niño un manejo diestro de su musculatura que, unido al funcionamiento hormonal ya comenzado, permite el placer por el movimiento en grupos organizados. La práctica de este deporte le permite realizar diferentes actividades físicas conformadas en grupos con características similares.
Los adolescentes varones tienen una necesidad de reafirmación individual, la necesidad de diferenciarse, de no igualarse, ni "ablandarse. En el hombre, el temor a "ser igual que" culturalmente lo remite, como fantasía, a la pasividad y al temor a la feminización. Esta búsqueda de diferenciación se observa en las clases de Taekwondo (varones), que, a través de la competencia, queda asociada con la masculinidad y la actividad. Entre los hombres, la ambición y la lucha por el poder, por un lado, y el temor al sentimiento tierno - como expresión del deseo homosexual- , por otro, hacen que el parecerse sea lo contrario de lo esperado como imagen masculina y por lo tanto rechazado como posibilidad de vínculo. Esta igualdad puede ser desarrollada en el ámbito en el que se constituye un grupo como unidad para la acción, a través de las palabras de un líder (profesor), en la práctica del Taekwondo; en este caso la hostilidad se desplaza hacia los del extragrupo.
En cuanto al proceso de identificación que se presenta en la adolescencia, el profesor juega un papel fundamental. Los adolescentes lo eligen como un líder, como un ejemplar a quien seguir. Por tal motivo son fundamentales las actitudes y las palabras del profeSor quien debe predicar con el ejemplo. A su vez, el Taekwondo tradicional incorpora elementos de filosofía oriental, meditación, disciplina y comportamiento ético. El alumno debe trasladar estos aspectos, no sólo en el ámbito deportivo sino a su vida cotidiana.